Hace unos días tuvimos la ocasión de charlar con Francisco
Gutiérrez sobre una época que los más jóvenes la vemos lejana,
pero sin embargo siempre nos despierta curiosidad, los años
80, unos años en los que la Hermandad comenzó a
experimentar una serie de cambios que la llevaron a ser lo que
es hoy en día.
P.) ¿Cómo llega Francisco Gutiérrez a la Hermandad del
Prendimiento?
R.
Llego de la mano de mi padre, que formó parte del grupo
reorganizador de la Hermandad. En casa se vivía el
Prendimiento intensamente. Desde muy pequeño participaba
en el desfile procesional, con 5 años ya salía de nazareno. En el
año 76 entro en Junta de Gobierno, siendo Hermano Mayor
Francisco Santos, aunque realmente había un grupo de
responsables, que dirigía la Hermandad. Después con Antonio Ruiz, los más jóvenes éramos
Germán Gallego y yo. Luego con Pedro Gallego y Jaime sucesivamente. Hasta hoy con Salvador
Pozo. Casi 38 años ininterrumpidos en Junta de Gobierno, prácticamente podría decir que toda
mi vida.
P.) Alguien que lleva viviendo la Hermandad tan intensamente durante tantos años seguro
que tiene montones de recuerdos. ¿Podría decirnos los momentos inolvidables para usted?
R.
-La colocación de la primera piedra de la casa Hermandad y su construcción, en primer lugar.
Su terminación fue el colofón a una ilusión y un esfuerzo desmedidos. Se puede decir que la
construimos con nuestras propias manos. Prácticamente sin medios económicos, se consiguió
algo que si no me equivoco sólo tenían 4 cofradías en Málaga en ese momento.
-La primera vez que salí de Mayordomo de Trono, fue sin duda un momento muy emotivo.
-También la visita a la Escuela con la Virgen del Gran Perdón, creo que es de lo más bonito que
hemos organizado.
-Y lo más cercano en el tiempo, por su magnitud y significado, la participación en el Vía Crucis
de Madrid.
P.) Sin lugar a dudas momentos entrañables; pero dentro de la historia cofrade muchos
somos los que sentimos fascinación por los años del "tinglao" ¿cómo era la Hermandad del
Prendimiento en esa época?
R.
Evidentemente las condiciones de ahora son mucho mejores que las de antaño. Pero si es
cierto que se vivía un ambiente muy especial. Traer los tronos, montar el tinglao, el tallaje en el
pequeño local de C/ Eduardo Domínguez Ávila. Al mismo tiempo Eduardo Gallego y yo
Recordamos el ayer con Fran Gutiérrez